Una puerta cortafuego es un sistema de protección pasiva de metal o vidrio que se instala para evitar la propagación de un incendio y con el objetivo de facilitar una rápida evacuación del edificio. También se denominan de forma más coloquial puertas resistentes al fuego.
Las puertas cortafuegos tienen como función la compartimentación de los edificios. Es decir, divide en distintos espacios un edificio para retardar o imposibilitar el avance del fuego. También ayudan a que el equipo de bomberos pueda extinguir el incendio de forma más rápida y segura gracias a la compartimentación.
Las puertas cortafuegos más habituales son las pivotantes metálicas. En estas se realizan ensayos en los que la temperatura de la hoja no alcanza los 180 °C de media. Mientras el marco de la puerta no debe sobrepasar los 360 °C. También se pone a prueba la estanqueidad de los gases inflamables.
¿Qué características tiene una puerta cortafuegos?
Este tipo de puertas contra incendios tienen una serie de características que la identifican.
- Cuentan con propiedades de aislamiento térmico que hacen que la puerta sea resistente al fuego. Se clasifican de una manera u otra, según el tiempo de resistencia en los ensayos de aislamiento térmico: RF-30, RF-60, RF-120 o RF-180, por ejemplo. Esta numeración hace referencia a los minutos que es capaz de resistir al fuego.
- Aislamiento de gases y humos. El marco y las juntas de estanqueidad harán que no pasen los gases y los humos.
- Poseen un diseño de estructura dotado de holguras con la finalidad de contrarrestar la dilatación metálica al aumentar la temperatura
- Debe contar con un dispositivo de cierre automático. De lo contrario, si se encontrara abierta se extendería rápidamente cualquier incendio. La puerta debe estar cerrada para sellar el espacio y detener la propagación del fuego a otras zonas. De ahí la importancia de que disponga de cierre automático que asegure que se cierra por sí sola en caso de que alguien no lo haga.
Estas son las distintas características en las que debes poner especial atención a la hora de comprar una puerta cortafuegos.
¿Qué tipo de mantenimiento necesitan estas puertas?
Las puertas resistentes al fuego suelen tener una duración de unos 20 años. Pasado este tiempo, nadie puede garantizar que sean eficaces, debido al deterioro de los años y el desgaste provocado por el uso.
Estas puertas requieren de un mantenimiento periodico por parte de profesionales. Esto viene estipulado por el artículo 11 del CTE, es decir, el Código Técnico de Edificación.
Algunos aspectos a considerar a la hora de realizar el mantenimiento, es revisar las juntas de estanqueidad y el cierre automático de la puerta. En el caso de que la puerta cuente con vidrios, también será necesario verificar su correcto estado. En algunas ocasiones pueden llegar a producirse grietas o burbujas. Esto haría que en caso de incendio, se rompieran y la puerta no cumpliría su función cortafuegos.
¿Dónde colocar una puerta ignífuga?
Las puertas resistentes al fuego suelen usarse en ámbitos muy diversos, desde cines, centros comerciales, teatros, hoteles, oficinas o naves industriales.
No obstante, su uso no está destinado exclusivamente a negocios o grandes edificios, también se puede instalar en viviendas, parkings o comunidades de vecinos. Al fin y al cabo, la finalidad de la puerta cortafuegos es proteger y velar por la seguridad de las personas que se encuentran en el lugar donde están instaladas.
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